Historia de los Hermanos Elliot – Colegio Cristiano Elliot

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Su historia

A continuación les presentamos las historias de dos hermanos, tanto de sangre como en la fe, cuyas vidas de servicio al Señor han cautivado miles. Heriberto y Jim Elliot tomaron caminos distintos, pero sirvieron al mismo Señor, dándonos un ejemplo de lo que es perder tu vida por amor a las almas perdidas.

El nombre de nuestra institución es una dedicatoria de nuestro recordado hermano Heriberto en memoria de Jim, este mártir del cristianismo cuyo testimonio nos anima a vivir una vida sacrificada en honor a Aquel que nos llamó de las tinieblas a Su luz admirable.

Jim Elliot

Jim Elliot fue un mártir que ganó reconocimiento internacional cuando murió junto a cuatro misioneros más en las manos de la Tribu de los Auca en Ecuador. Su historia y memorias han sido fuente de inspiración mediante los escritos y comentarios de su esposa, Elisabet, quien murió en Junio del 2015.

Nació en Portland, Oregon, en un hogar cristiano con tres hermanos (Robert, Bert y Jane). Jim nace de nuevo como cristiano a la tierna edad de 6 años. Su relación personal con Jesucristo se convierte en parte integral de cada día de su vida.

Luego de secundaria entra a la universidad en Wheaton, y después de graduarse descubre su vocación en la vida misionera. El campo que escogió fue en las fronteras no exploradas del Ecuador, en Latinoamérica. No contento con compartir el evangelio a personas civilizadas de ese país, él y sus cuatro compañeros volaron a las tierras salvajes de la tribu de los Aucas. Su primer viaje se convirtió en una trágica masacre, pero fuera de esa tragedia, aparentemente sin sentido, vino un poderoso testimonio del llamado de Dios en la vida de estos 4 hermanos en la fe.

Su esposa Elisabeth y su hija Valerie hicieron a Jim sobrevivir. Elisabeth escribió crónicas conmovedoras sobre él. Heriberto Elliot siempre mantuvo el recuerdo de su hermano y ha sido de gran influencia en su vida misionera, sobre su hermano una vez dijo "Jim veía la vida como un misionero. Nada tenía sentido para él si es que no se miraba bajo la lupa del supremo llamado que había recibido; estoy seguro que esa misma pasión le hace descansar hoy con la tranquilidad del deber cumplido"

"La voluntad de Dios no te llevará donde su gracia no te puede sostener"

Heriberto Elliot

En contraste con su hermano, Heriberto Elliot sirvió fielmente en Perú como misionero durante 62 largos años, fundando más de 150 iglesias.

Heriberto era un siervo fiel y humilde, siempre dispuesto a servir a los demas. Murió el 17 de febrero en su casa de Trujillo, Perú. a los 87 años . Su muerte, resultado de una infección que no respondió a los antibióticos, fue menos dramática que la de su hermano, pero igual de inspiradora, según quienes lo conocieron.

Luis Palau, un evangelista, dijo sobre los Elliots, "Ellos han establecido 170 congregaciones en Perú, algo así como un récord para una pareja misionera. Bert no quería hablar de eso, pero yo le dije: 'Nadie te conoce y tu hermano es un héroe famoso'. Y Bert dijo: 'Prefiero no ser un héroe' ".

Elliot nació el 3 de noviembre de 1924 en Portland. Era un estudiante en lo que entonces era Multnomah Bible College, cuando un misionero de Perú lo retó a "casarse e ir a una misión". Elliot se casó con Colleen (Norma) Collison en Enero de 1949, y seis meses después llegaron a Perú.

Establecieron un ministerio en la jungla ofreciendo atención médica básica, donde él desarrolló una habilidad especial para sacar dientes. Norma recordaba aquellos primeros días. "Bert sentaba al paciente en una silla de madera, le miraría el diente, luego entraba al dormitorio donde yo estaba. Miraba un libro médico, decidía dónde iba a poner la Novocaína, y luego los dos nos arrodillamos a orar".

En 1988, la pareja se estableció en Trujillo, donde él lideró una iglesia junto a un grupo de ancianos (Centro Bíblico Trujillo) y establecieron una escuela (Colegio Cristiano Elliot) que atiende a unos 269 estudiantes de Inicial a Secundaria.

La memoria de "papá Heriberto" se mantiene viva gracias a sus muchos seres queridos en todo el Perú, así como las familias Cenepo, Rengifo, Navarrete, entre muchas más.

" Es al morir que nacemos a la vida eterna (...) no es mantener nuestras vidas, sino dar nuestras vidas"